La licencia para la posesión y manejo de armas, con independencia del tipo que sea, es el documento legal que otorga el derecho y la autorización de las autoridades competentes para que una persona pueda adquirir armas de fuego y utilizarlas de una forma debida.
En este sentido, no existe una única licencia y, por lo tanto, un único proceso para obtenerla. Cada licencia está limitada a un tipo de arma concreto o a un uso específico de la misma. Para adecuar aún más el proceso, los candidatos a obtener este permiso deberán superar diversas pruebas tanto físicas como psicológicas, algo pensado para filtrar en la medida de lo posible a los candidatos.
Como ya se ha indicado, cada licencia puede presentar criterios diferentes dependiendo del tipo de arma y del uso que se le quiera dar. Ya que no es lo mismo querer disponer de un arma de tiro deportivo que necesitar una para tareas de vigilancia y similares, sus criterios también pueden variar bastante.
Con todo, puede decirse que existen algunos criterios que sí que son comunes a todas ellas. Así, es necesario ser mayor de edad, español o residente en España, superar una prueba de conocimiento sobre el arma a usar y, por supuesto contar con una capacitación psicotécnica avalada por las autoridades.
Esta licencia B es la que permite que su poseedor pueda usar pistolas y revólveres. Es decir, se limita a las armas cortas, por lo que no puede usarse para otros modelos como escopetas o fusiles. Su uso queda limitado a situaciones de excepcional peligro y tienen un periodo de vigencia de 3 años.
Para la obtención de este tipo de licencia es necesario presentar certificado psicotécnico, de antecedentes penales y de antecedentes en violencia de género. Además, se necesita pagar unas tasas y aportar la documentación que justifique de forma debida la necesidad de disponer de un arma.
La licencia C es aquella que permite hacer uso de armas destinadas a la vigilancia y la guardería. Comparte con la licencia B la necesidad de acreditar las razones que hacen indispensable la posesión del arma, aunque permite usar y disponer de modelos de mayor tamaño que la anterior. Por ejemplo, es necesario realizar un examen práctico de tipo y conocimiento del arma.
En la mayoría de los casos, los documentos que acompañan a la solicitud como los certificados de antecedentes o el de actitud psicofísica deben acompañarse de una declaración de la persona o autoridad de la que dependerá el usuario del arma, ya que esta licencia suele restringirse a personas en servicio que necesitan un arma para cumplir su tarea.
La D es una de las más solicitadas en España y, por lo tanto, de las más comunes en cualquier zona del país. Se trata de la licencia que permite hacer uso de armas largas para caza mayor, por lo que no es tampoco válida para cualquier tipo de actividad deportiva.
Los documentos a presentar para conseguir su consecución son similares a los de las licencias mostradas anteriormente, aunque implican también que el usuario se someta a exámenes para demostrar su capacidad en el manejo, la conservación y el almacenamiento de este tipo de armas y de su munición. La validez de la licencia es de 5 años siendo necesaria su renovación posteriormente.
La E es la más frecuente por su versatilidad. Es la que está destinada al uso de armas para tiro deportivo y para escopetas de caza que no estén diseñadas para la caza mayor, por lo que el número de acreditados con una de ellas es muy alto. Esta licencia permite disponer de hasta 12 armas distintas que cumplan con los requisitos impuestos para el tipo de arma concreto.
La vigencia de esta es de 5 años y para obtenerla se necesita superar una prueba teórica y una práctica. Como sucede en los casos anteriores, es obligada la presentación de certificados de antecedentes penales y de violencia de género así como la acreditación de la práctica de un deporte de tiro o de la caza mediante licencia.
La licencia F está pensada para quienes necesiten hacer uso de un arma en entornos como galerías de tiro y similares. Se conceden con una validez de tres años, tiempo tras el cual pierden su vigencia siendo necesario demostrar la necesidad de seguir necesitando la licencia.
Las pruebas prácticas y teóricas se mantienen en la solicitud, así como el la documentación que se exige incluyendo los distintos certificados de antecedentes que suelen ser necesarios para poder hacer un uso correcto de estas armas.
La parte física de las pruebas está destinada a comprobar que el solicitante está libre de enfermedades o problemas que le impidan hacer uso del arma. Se pone especial empeño en la vista, aunque la coordinación y otros factores también son tenidos en cuenta.
En cuanto a la evaluación psicotécnica, se busca descubrir patrones de inestabilidad emocional, paranoia o agitación a través de cuestiones con distintas preguntas siendo esta una parte fundamental en el proceso.
Registre su negocio en nuestra web, consiga nuevos clientes y una posición destacada en su ciudad.
Añadir negocio